Aquí os muestro algunas de las muchas cosas que se pueden hacer con las distintas técnicas que en su tiempo se empleaban para hacer pañitos o bordar sábanas. Ahora la imaginación puede con todo, pero yo sigo apreciando el valor de una buena labor clásica.
Esto son dos corazones de fieltro que se pueden usar como colgadores en las manillas de las puertas de los armarios o de las habitaciones y también sirven de alfiletero. Están adornados con punto de cadeneta, puntada larga, festón y punto de margarita. Es una labor sencilla, rápida y muy vistosa.
En este caso se trata de un colgador formado por chupetes hechos a ganchillo y con un cascabel dentro de cada uno de ellos. La combinación de colores es la clave de su vistosidad y los lazos dan un toque delicado. Su realización quizás no sea apta para principiantes, pero sólo es necesario tener un poco de experiencia para hacerlos.
Por último, os presento estos dos ositos hechos en lana con la técnica de los amigurimis, es decir, a ganchillo. Su tamaño es bastante mayor que el de los pequeños muñecos japoneses, pero resultan muy simpáticos como ositos de compañía.
Hasta pronto.
¡qué bonitos son! me ha gustado mucho la idea de los corazones en fieltro, creo que intentaré hacer alguno
ResponderEliminar